El renacimiento del arte culinario italiano está estrechamente relacionado con dos nombres: el primero es el del Maestro Martino de Como y el segundo corresponde a Bartolomeo Sacchi de la localidad de Piadena, cerca de Cremona.
A principios del siglo XV, el Maestro Martino era el maestro de cocina del obispo de Aquileia y escribió un libro titulado Liber de arte coquinaria (Sobre arte culinario). Bartolomeo Sacchi, llamado Platina, empezó su carrera en la corte de los Gonzaga en el año 1421. Más tarde pasó algunos años en la ciudad de Florencia antes de dirigirse a Roma, donde ejerció de secretario y escribano en la corte papal durante el pontificado de Pío II. Con el acceso al pontificado del papa Sixto IV, Sacchi fue ascendido a primer administrador de la Biblioteca Vaticana. Allí tomó contacto con el libro del Maestro Martina, lo tradujo, lo redactó en una forma más comprensible y le agregó algunos capítulos que figuran bajo el título “De honesta voluptate et valetudine” (Sobre la honesta voluntad y salud). El libro apareció en Roma en 1474 y se convirtió con rapidez en el libro sobre cocina de mayores ventas; de tal manera que fue traducido al italiano, al inglés, al francés y al alemán. El éxito duradero de este libro se debe a que no sólo es una sucesión de indicaciones técnicas, sino que trata todos los aspectos del arte de la cocina. Así es que habla, además, sobre dietética e higiene de los alimentos y su valor nutritivo y curativo, y también de la parte ética y de las alegrías que proporciona el arte de la mesa.
Los méritos de los Maestros Martino y Platina llevan implícito el fin de la cocina medieval, y dan inicio a una nueva era. Los gustos medievales se dirigían a todo lo exótico y con el fin de responder a los gustos del momento. En cambio, la cocina “moderna” tal como la presentaban los Maestros Martino y Platina, se basaba en la utilización de ingredientes simples, fáciles de conseguir, y frescos cuyo sabor no sufriera ninguna alteración importante al cocinarse y que no necesitara especias pesadas. En estos principios básicos sigue basándose hoy en día, la cocina italiana.