Solo un mes después llega a la zona una expedición compuesta por Antonio Misson, Martin Donovan , Jorge Luis Luque, Carlos Comesaña y José Luis Fonrouge. Los primeros tres intentan el Cerro Rincón en el hielo continental mientras que Comesaña y Fonrouge escalan el filo noroeste de la aguja Guillaumet (primera absoluta a esta aguja). Dos días mas tarde se dirigen a la Supercanaleta.
Escalan en simultáneo las partes fáciles de hielo y llegan al bloque empotrado que marca el final de la escalada en hielo, hacen unos largos mas hacia la derecha y vivaquean. El día siguiente escalan 16 largos hasta el filo oeste, continúan hacia la izquierda traveseando los gendarmes hasta pasar por el col de la Supercanaleta y prosiguen por terreno fácil hasta la cumbre. Dejan una bandera argentina y se llevan como testimonio los mosquetones cassin que habían dejado los franceses en la primera ascensión. Es el 16 de enero de 1964.
Luego comienzan los interminables rapeles, hacen 10 y vivaquean por tercera vez. Por la mañana una tormenta azotaba la montaña, ellos continúan rapelando hasta que se les acaban los clavos y empiezan a colocar nudos de cinta, peldaños de estribos, cordín del martillo, etc, hasta que en un rapel se les traba la cuerda y deben desescalar cada uno por su cuenta mientras eran constantemente abatidos por agua, piedra y hielo que convergían en este gigantesco embudo, además de soportar las fuertes ráfagas de viento. Después de interminables horas llegan exaustos al glaciar.
Acaban de lograr la segunda ascensión absoluta del cerro Fitz Roy, por ruta nueva y en impecable estilo alpino.
Esta fue una impresionante ascensión, realizada por solamente dos personas, sin ningún apoyo y por una ruta totalmente aislada y de difícil acceso que compromete aún más a quienes la intentan.
Es loable la visión de Fonrouge al intentar una montaña de este tamaño con un equipo mínimo y en estilo alpino, contrario a lo que se estilaba en esa época, que era asediar las montañas con grandes grupos de escaladores y fijar cuerdas en gran parte de la escalada.
El 26 de noviembre de 1983 los italianos Ermanno Salvaterra, Elio Orlandi y Maurizio Giarolli escalan la ruta hasta el bloque empotrado y de allí continúan derecho hasta el filo en vez de seguir la ruta original que sale a la derecha. La dificultad de la variante es de 300m. 6b
Por la Supercanaleta fue realizada la primera ascensión invernal de la montaña, fueron los argentinos Sebastián de la Cruz, Eduardo Brenner y Gabriel Ruiz el 27 de julio de 1986. Cabe destacar que la edad de estos tres escaladores rondaba los 16 años.
Mas respeto por mi Patagonia
Traducción: Ana Laura González
Agradecemos a Antonio Crivellone y a Giancarlo Golé.
El legendario primer andinista de la "Supercanaleta" en el Fitz Roy, nombrado socio honorario de los "Ragni di Lecco" (arañas de Lecco), ataca el uso masivo de medios artificiales: "Si pudimos hacerlo en estilo alpino en 1965 ¿Por qué no debería serlo hoy?"
Es importante aclarar que esta entrevista es anterior a la apertura de la ruta "El Arca de los Vientos" por Ermanno Salvaterra, Rolo Garibotti y Alessandro Beltrami, en noviembre del 2005, en estilo casi integralmente alpino, que demostró la inexistencia de trazas de Maestri, Egger y Fava en el tope de la ruta pretendida por Maestri desde 1959, lo cual confirma la opinión de Comesaña sobre el tema, además de darle a la expedición de los "Ragni de Lecco" de 1974 el carácter de primera expedición que coronó realmente la cumbre del Cerro Torre.
Lecco, Italia, 12 de enero de 2005
Comesana un señor ciudadano del mundo con una gran carrera también como yachtman, kayakista y últimamente river surfer, con una montaña de intereses y pasiones culturales, fue nombrado "Ragno Honorario" y ha comenzado a ser parte de la más tradicional y célebre entre las comunidades que tienen sus raíces a los pies de la Grigna y del Resegone. Una decisión con la cual el célebre grupo de las camperas rojas ha querido rendirle homenaje y reconocer la amistad y la pasión que ha demostrado participando de las solemnes celebraciones organizadas por los 30 años de la escalada lecchese a la pared oeste del Cerro Torre. Casimiro Ferrari guió al formidable equipo de aquel entonces, y el inolvidable Casimiro era un gran amigo de Comesaña y uno de los pocos que con el célebre escalador sudamericano pudiese competir en cuanto a conocimiento de la patagonia y a las ganas por descubrir nuevas montañas y vías.
Para quien piensa las cosas como yo, indudablemente sí. No tengo la pretensión de conocer todo, naturalmente. Con respecto a muchas ascenciones que no conozco lo suficiente en el aspecto técnico, aquéllas de las cuales no podría describir ni siquiera sus características, no pretendo discutir. De las ascenciones que conozco, creo estar en condiciones de opinar. Y no hay ninguna duda que en muchos casos en las montañas de la Patagonia han entrado en escena los medios artificiales que le restan valor a la ascensión misma. ¿Por qué se han acabado las vías naturales? ¿Por qué en la Patagonia se comportan como nunca osarían hacerlo en los Alpes? Si el estilo alpino fue posible para nosotros en el año 1965 ¿Por que no debería serlo hoy? ¡Más respeto, por favor, más respeto!
¿Demasiados Taladros?
Demasiados taladros, demasiadas sogas fijas, demasiados "jumars", demasiada búsqueda de confort. Lo vuelvo a afirmar, se usan demasiados equipos en las paredes. Hoy en día hemos llegado a tener no más escaladores de nuevas rutas sino constructores de nuevas rutas. Cada año las cosas empeoran. Y tampoco se hacen honestos registros en los relatos de estas las ascensiones. Un error, un grave error.
La respuesta a este tipo de observaciones es generalmente la misma: la montaña es libre y cada uno puede decidir su proceder.
Lo sé. Pero también sé que cada generación tiene una responsabilidad de la cual no puede escapar. Y nuestra responsabilidad es, en mi opinion, la de marcar una ética, y la de enseñar a las generaciones jóvenes a valorar las ascensiones correctamente.
¿En primer lugar la ética entonces?
Sí, la ética en primer lugar. Hablemos claro de una vez por todas sobre aquello que no es admisible, aquello que no es ético en el alpinismo moderno. En mi opinión a medida que cambian las épocas cambia también la línea de demarcación entre los medios éticamente aceptables y los no aceptables en las escaladas. Hoy yo no tendría nada que objetar si Heckmaier o Cassin hubiesen utilizado algún clavo de expansión en su momento para la apertura de sus rutas en la norte del Eiger o de la Walker. Pero hacerlo hoy no es el caso. Estamos al inicio del tercer milenio y usar por ejemplo una "casa izable mecanicamente" para construir una ruta nueva en el Cerro Torre no me parece que sea una decisión aceptable. Reconozco que es más fácil definir puntualmente a lo largo del tiempo cuáles son los medios éticamente no aceptables para luego enunciar cuáles en cambio entran en el estilo puro.
¿Podemos de todas maneras dar algún ejemplo?
Por ejemplo: el taladro, las sogas fijas, los clavos a expansión, los sucesivos ataques a la montaña por oleadas de escaladores, el hecho de no traer pruebas materiales del arribo a la cima. Y además, la frecuente práctica de declarar como escaladas las montañas a las cuales no se ha arribado a la cima, diciendo que todas las dificultades técnicas fueron superadas. Naturalmente, también el tema del oxígeno en la montaña, cuando hablamos de ascensiones al Himalaya. El oxígeno tiene sentido actualmente sólo por motivos médicos y no por otra cosa.
Se lo ha escuchado repetir frecuentemente, conceptos contra primeras ascenciones como algunas realizadas al Cerro Torre y al Fitz Roy donde no se alcanzaron las cumbres por considerarse que acabaron las dificultades antes de llegar a ellas.
A eso me refiería antes. E insisto, sobretodo en la Patagonia, los argumentos de haber alcanzado el éxito no tienen sentido hasta no haber alcanzado la cima. Es ella la que da el sentido a todo, y la única cosa que cristaliza una ascensión. Porque justamente luego de superadas las dificultades técnicas, quizás es en ese punto donde cambia desfavorablemente el tiempo, obligando a retroceder. Y quizás en realidad no se tenían más fuerzas, materiales o víveres para continuar a la cima. Y si no se continuó no se ha demostrado lo contrario. La cima es la cima. La cima marca la diferencia y en ningún lugar eso es tan evidente como en la Patagonia.
¿Y de aquella cima son necesarias las pruebas? ¿No alcanza con la palabra de los alpinistas?
En mi opinión, son necesarias pruebas. Fotos, testigos oculares, reportes técnicos inobjetables. Algunos alpinistas han contado con historias demasiado vagas, y me molesta pero tengo que decirlo alguna vez incluso han mentido. ¿No hay pruebas? Para mí no existe la ascensión: existió solo un intento.
Del cerro Torre de Egger y Maestri, según su opinión la ascención del '59 ¿debe ser considerada solo una tentativa?
En mi opinión sí. La ascencion de Cesare Maestri, Tony Egger y Cesarino Fava es relatada confusamente, con demasiados conos de sombra. Una historia que lamentablemente envenenó esa magnífica montaña. Que aquella expedición fue una empresa de talento y coraje no quedan dudas. Pero ello no cambia las cosas y no cambia mi forma de pensar.
¿Pueden o no haber tocado la cima, en el '59 Egger y Maestri?
Creo que no. Y repito, es una opinión personal, no estoy juzgando. Eran alpinistas excelentes, eso sí. Pero los casi cincuenta años de inútiles tentativas para repetir esa ruta significan algo, creo. Y luego los clavos que no se encuentran arriba de cierto punto de la ruta... Es inexplicable. Si pienso en clavos... he puesto muchos y aún se encuentran en mis rutas de roca.
¿Podrían realmente haber sido los "ragni di Lecco" los primeros verdaderos escaladores del Cerro Torre, dado que en el '70 Maestri no escaló el último trecho de pared a la cima?
Sí, es posible que los primeros en llegar a la verdadera cumbre del Torre hayan sido justamente lecchesi (de Lecco). La ruta oeste es natural, hermosa y de gran clase no obstante alguna utilización de cuerdas fijas y de pocos tramos de artificial. Pero debemos también considerar el momento en el tiempo y las condiciones metereólogicas y ambientales que acompañaron la escalada. Creo que teniendo en cuenta todo esto, la vía de los Ragni puede ser realmente calificada como una de las mas difíciles ascensiones en Patagonia.
No ha intentado jamás escalar el cerro Torre: es extraño para un alpinista que ha pasado por allí tantas veces.
En ese momento razonábamos con una lógica diferente respecto de la actual: nos interesaban las cumbres o paredes vírgenes. Teníamos un proyecto con Fonrouge - a decir verdad -, luego de la ascensión de la Supercanaleta del Fitz Roy. Estudiamos el filo sudoeste, aquel donde luego Maestri completó la ruta del compresor. Incluso llegamos a reunirnos sobre el tema con los escaladores ingleses Haston y Burke a su retorno del Paine. Tiempo después Fonrouge escaló con ellos en el Torre abriendo esa ruta hasta cerca de las torres englaciadas.
La Supercanaleta fue un trabajo estupendo. ¿Como la recuerda?
Recuerdo todo, fue una gran aventura. Realmente formidable. Un día para los primeros 1.000 metros de hielo escalado simultáneamente, vale decir atados uno al otro, pero sin asegurarnos recíprocamente. El segundo día a la mañana habíamos hecho bastante progreso rápido en un hielo más difícil y esta vez sí, asegurándonos. Luego por la tarde salimos por la pared rocosa a la derecha evitando los 250 metros del diedro final pues queríamos ahorrar clavos para el descenso porque ese diedro nos iba a demandar bastante material. Entonces decidimos que Forounge - que era más veloz que yo en roca -, fuese de primero. Llegamos a la cumbre al anochecer y realizamos el tercer vivac a mitad del diedro ya en el descenso. Al otro día bajabamos en medio a una fuerte tormenta cuando la soga doble se nos trabó y tuvimos que destrepar los últimos 500 metros.
Fonrouge era un grande de la montaña : un compañero extraordinario.
Tenía una personalidad un poco difícil: se decía que era un James Dean de la montaña. Pero en realidad nosotros nos llevábamos muy bien en montaña quizás por la necesidad recíproca que cada uno tenía del otro. Él era un extraordinario escalador en roca, con un gran sentido de orientación, de ruta, y con un muy puro estilo. Al igual que yo, quería trepar liviano y velozmente porque habíamos comprendido por experiencias anteriores en grandes expediciones con pesados transportes y cuerdas fijas, que esto era lo que la Patagonia nos pedía. Sabíamos cuales eran los riesgos que se afrontaban, pero nos dábamos cuenta que el resultado justificaba la elección. No hubiésemos podido resolverlo de otro modo. El grandioso Fitz Roy merecía la apertura de una ruta natural en estilo alpino.
Además de Fonrouge, ha sido un gran amigo de Agostino Rocca, el industrial italiano ha hecho mucho para se conozcan las montañas de allí y para que la gente de esos países las conozca.
Agostino era un gran amante de la montaña y de las aventuras. Él quiso regalarnos imágenes inolvidables de las expediciones Patagónicas. El logró encontrar tiempo entre sus responsabilidades para editar los "Cuadernos Patagónicos", publicaciones que no solo ofrecen un registro histórico sino que también son un archivo de la inmensa reserva de cumbres y rutas vírgenes que ha quedado para los alpinistas del tercer milenio, de alguna manera en el estilo del libro Andes Patagónicos del padre Agostini.
¿Las subidas históricas más importantes en la Patagonia?
A ver... pruebo: analizándolas en el transcurrir de las épocas, El Fitz Roy de los franceses en el '52, que fue la primera ascencion a esa cumbre. Luego, nuestra escalada con Fonrouge a la Supercanaleta del Fitz Roy en el '65, segunda mundial y en alpina muy veloz, abriendo una primera en esa ruta natural. Y luego, siempre en el Fitz Roy, la primera abierta en solitario por Casarotto en el pilastro norte en el '79. Me faltan detalles de otras ascenciones importantísimas para poder clasificarlas y creo que por eso estoy siendo injusto con ellas.
¿Cómo es su relación con la Patagonia?
Vuelvo apenas puedo. No tengo proyectos ambiciosos pues en realidad los años dorados han pasado. No he perdido el gusto por ir pues aprecio muchas cosas de esa tierra maravillosa. Lo que me he comprometido hacer es entusiasmar a jóvenes alpinistas. He acompañado en expediciones a chilenos, brasileros y argentinos, desde el '97 a los pies de las fantásticas montañas patagónicas. Hice de "sherpa" y "coolie" (porteador) con mucho entusiasmo, he indicado posibilidades, he sugerido trazado de rutas y he seguido de cerca tantos primeros pasos. Es reconfortante vivir también esta nueva etapa de trabajar para poner mi experiencia a disposición de quien no la tienen. La Patagonia puede dar emociones maravillosas a los apasionados por las montañas: tanto para aquél que la contempla como "trekker", o aquél que la escala sin grandes capacidades técnicas, como también para quien está más próximo de la escalada extrema. Basta saber elegir y también estar dispuesto a sufrir un poco.
¿Han cambiado las cosas en el plano meteorológico?
Lo que puedo decir hoy, teniendo en cuenta que en Patagonia nunca se tiene una total certeza, es que se pueden esperar períodos de buen tiempo con mayor frecuencia y más extensos, respecto a épocas anteriores. Durante el verano del 2004 tuvimos 18 días corridos de buen tiempo. Desgraciadamente los glaciares se están retirando desde fines de los años setenta y - por ejemplo - el Marconi se retiró aproximadamente mil metros.
Tres nombres de alpinistas patagónicos para tener en cuenta.
Considero patagónicos a alpinistas de calidad sin importar su pais de origen. Destaco a Rolando Garibotti ítalo-argentino, Camilo Rada chileno y a Dean Potter, americano.
Usted es un "Ragno" hoy.
Sí, y es un gran honor para mí. Los "Ragni" son un grupo que tiene una historia extraordinaria y muchas páginas de esa historia fueron escritas en la Patagonia. Han habido resultados extraordinarios en esas empresas, y yo tengo en cuenta también los valores y principios sobre los cuales su alpinismo se traduce. Se trata de valores que cuentan también para la vida en sociedad. La constante transmisión de testimonios entre viejos y nuevos Ragni es una misión del grupo que también comparto. Como dije anteriormente hoy en día voy a la montaña para acompañar a los jóvenes. Estoy convencido que el alpinismo genera valores personales y colectivos útiles y una expedición en montaña es una experiencia que canaliza energías en una sola dirección y en condiciones generalmente extremas. El empeño, la tenacidad, son cualidades de fuerza y estabilidad psicológica, muy preciosas y utilizables también en la vida cotidiana, como lo son tambien aquellas que se maduran en un gran desafío solidario.
¿Existe aún una Patagonia para descubrir, una Patagonia de pioneros?
Sí existe. Es aquella más austral, entre Chile y Argentina defendida por un mar peligroso, con infinitos fiordos blindados por glaciares que bajan para tocar el mar despedazándose en helados témpanos y entre los cuales se abren gigantescos y profundos pantanos. Dificilísima de alcanzar, prohibitiva para vivir, desgarrada por vientos aterradores del Pacífico. Salvaje, brutal despiadada y maravillosa. Un lugar que recibe diez metros de nieve por año. Esta allí. Espera una nueva generación de alpinistas.
Si tuviera veinte años ¿En que montaña lo encontraríamos? Concluyendo ¿Cuál es hoy el problema de los problemas pendientes en Patagonia?
Para mí está justamente al fondo del fiordo Falcón. Es la pared oeste del Risopatrón. Más de mil quinientos metros verticales y casi inalcanzables, emplazada en la soledad de la Patagonia pacífica austral. Allí el viejo y legendario mal tiempo patagónico es todavia muy duro. Puede suceder también que encontremos otro objetivo también, en cualquier lugar perdido que aún no conozco. Pero hoy día para mi la "prima donna" es ésta. Si tuviera veinte años es allí donde deberían buscarme.
Carlos Comesaña
Pared oeste del Risopatrón.
José Luis Fonrouge en la súpercanaleta.
Foto colección Rolo Garibotti.
Cesare Maestri
Casimiro Ferrari
Fitz Roy
Super Canaleta
Fuentes:
www.alborde.com.ar/montania1/montanismo110.htm
www.rocamania.com/fitzroy/fitzroy.htm
Enlaces: http://www.ragnilecco.com/