Primera Excursión de Camaradería 2006 – Centro Lombardo de Córdoba
El 9 de Abril pasado el Centro Lombardo de Córdoba organizó su primera excursión de camaradería 2006, es decir el “Segundo ascenso al cerro Champaquí visitando Yacanto de Calamuchita y Villa General Belgrano” según el compromiso asumido el año anterior. El clima estuvo fantástico y acompañó durante toda la jornada permitiéndonos esta vez alcanzar sin dificultades la cumbre del cerro más alto de la provincia.
Partimos desde la ciudad de Córdoba aproximadamente a las 7:00 de la mañana.
La primer parada la realizamos sobre el Dique Los Molinos para leer los carteles de la plaza de información turística que dan la Bienvenida al Valle de Calamuchita y en uno de los miradores tomar fotos del bello panorama sobre el lago.
Más adelante nos detuvimos en Villa General Belgrano, localidad situada en el corazón del Valle y fundada por el grupo más importante de inmigrantes alemanes y centro-europeos que se han establecido en la provincia de Córdoba.
La Villa, hermanada con las comunas de Tuenno (Provincia de Trento, Italia) y Sigriswill (Suiza), es sede de la Fiesta Nacional de la Cerveza durante el mes de Octubre y también de la Fiesta Nacional de la Masa Vienesa en Semana Santa y de la Fiesta del Chocolate Alpino en el mes de Julio.
Después de desayunar, subimos hasta el mirador ubicado en el último piso de la torre del centro de convenciones y exposiciones desde donde contemplamos inigualables vistas del “pueblo de las culturas” y de los cordones de las Sierras Chicas y Grandes. También pudimos apreciar el Valle de Calamuchita hacia los cuatro puntos cardinales.
Luego continuamos hasta Yacanto de Calamuchita, el “primer escalón”, paso obligado para todos los que desafían el cerro Champaquí en vehículo. Allí finalizaba el camino pavimentado. Hicimos una pausa para conocer el centro del poblado y la antigua capilla y fuimos gratamente sorprendidos por una demostración de motocross infantil que se estaba desarrollando en las proximidades.
A partir de este punto iniciamos la travesía de unos 40 kilómetros para subir la Sierra de los Comechingones cuyo nombre deriva de la etnia de los primitivos habitantes de la región.
En el primer tramo el camino atraviesa extensos bosques de coníferas (destinados a la explotación maderera). A medida que se asciende los pinares van dejando lugar a la vegetación de plantas y arbustos autóctonos entre los cuales se destaca el exótico "Tabaquillo", especie endémica que cubre las laderas de las profundas quebradas.
En las zonas más elevadas la montaña está cubierta por pastizales y por ello los pueblos originarios la llamaron "Champa-quí" o "Región del Césped".
Poco antes de alcanzar las máximas alturas paramos en el puesto "Tres Árboles" (2330 m.s.n.m.) para visitar una típica familia serrana.
Poco después nos maravillamos al ser testigos privilegiados del vuelo majestuoso de un grupo de cóndores que anidan en esta área natural protegida.
Hacia las 13 horas, no pudiendo continuar a bordo del vehículo por el mal estado del camino, nos dispusimos a iniciar la caminata. Continuamos a pie unos cuatro kilómetros más y llegamos a la cumbre del Cerro Los Linderos (2760 m.s.n.m.) aproximadamente a las 14:30. En ese lugar, y al reparo de gigantescas rocas que forman una olla natural, realizamos una pausa y repusimos energías con un almuerzo campestre.
Nos lanzamos posteriormente a recorrer el último tramo que es también el más espectacular, transitando despacio y con precaución por un bellísimo sendero que serpentea entre los riscos. A esa altura las nubes parecían acariciar suavemente las cumbres y sin que nos diéramos cuenta el orgulloso Champaquí asomó de repente su monumental corona de piedra adornada por un mástil, una cruz y el busto del General San Martín que mira hacia la Cordillera de los Andes. La misión estaba cumplida y estabamos más que felices, al final habíamos alcanzado el ansiado objetivo. Antes de emprender el regreso dispusimos de un tiempo para descansar y meditar en ese punto privilegiado donde con sólo estirar los brazos podíamos "tocar" el cielo. Estábamos a caballo entre dos profundos abismos de bellísimos tonos de verdes diferentes: el valle de Calamuchita hacia el este y el de Traslasierras hacia el oeste. A 2790 metros de altura sobre el nivel del mar, donde la tierra se confunde con el cielo, el panorama es más que deslumbrante, las sensaciones de plenitud y de paz son indescriptibles.
¡ Muchísimas gracias a todos los que con su entusiasmo y alegría se sumaron una vez más a esta propuesta del Centro Lombardo !
Comisión Directiva
Centro Lombardo de Córdoba