“Las cosas de las vida …!”
“Un emigrante siempre las recuerda…!”
Me llamo Enrico Pesenti Sonzogni. Nací el 16 de Enero de 1923.
Pertenezco a las antiguas familias de los Sonzogni que habitaban en Sant’Antonio Abbandonato Cais Nº 5, Comuna de Brembilla. No puedo olvidarme de decir, recalcar, subrayar el apellido Sonzogni, que es el de mi madre, mujer llena de coraje y carácter; hizo grandes sacrificios por nosotros, sus hijos. Desde que perdimos a nuestro padre cuando pequeños en el bellísimo lugar de Sant’Antonio Abb. y Brembilla, pasé parte de mi infancia, junto a la familia y mis primos. Con mi madre y mis hermanos nos establecimos en Valtesse (Provincia de Bérgamo) donde pasé parte de mi juventud, tantos recuerdos...! Después de largas reflexiones en familia tomamos la decisión de emigrar con la esperanza de un futuro mejor. En el año 1940 llegó el dia de la partida. Con nuestras valijas plenas de muchas ilusiones.
Estamos en la estación de trenes Bergamo. Con lágrimas en los ojos que nos impedían mirar aquello que dejábamos atrás. El tren nos llevó a Génova, donde nos esperaba la nave para el exilio. Un desafío para atravesar un mar. Encontrarse con un destino quizás incierto. Confusión, miedo y especialmente mucha nostalgia...! Detrás quedaba Italia. Un viaje largo, difícil y extenuante. Finalmente la nave ancló en el Puerto de Buenos Aires (República Argentina). Precisamente fuimos a la ciudad de Córdoba. Allí vivo todavía hoy con mi familia, esposa, hijas y nietos. El deseo era siempre volver un dia para volver a ver mi soñado lugar. Las condiciones económicas no fáciles, no me habían permitido nunca volver a casa. El contacto con la familia siempre fue esporádico y se llevaba a cabo sólo mediante cartas.
“Año 1999, después de 59 años de mi partida a la emigración”. Gracias a la sensibilidad y amor de mis primos los cuales nunca me olvidaron y con la intervención especial del Dr. Massimo Fabretti, director del Ente Bergamaschi nel Mondo, pude volver a ver mi Bergamo y mi casa. Como en una fábula de buen final.
Apenas llegado continuaba diciendo “Han sido todos maravillosos”, Bergamo está lindísima, “Gran regreso...!”. Volver a ver mis valles, Sant’Antonio Abb. Brembilla y especialmente Valtesse, todo muy cambiato y cuánto progreso en el lugar ! “Bellísimo, Felicidad...”. Pero la mayor alegría fue reencontrarme con la familia; en cada encuentro lágrimas, lágrimas de alegría. Con mucha melancolía llegó nuevamente el día de mi partida, otra vez lejano de quien me ha recibido con tanto amor. El corazón está henchido de alegría y felicidad, porque en la estación no estoy solo, me acompaña toda la familia. Con la promesa de que me llevarían de nuevo a Bergamo. Aquella promesa se convirtió en una bella realidad. Por otras dos veces yo pude retornar a casa. Mientras tanto hoy, entre sueños e ilusiones, continúo diciendo: “El pasado es un recuerdo del presente que nos da felicidad, el futuro sólo es un pensamiento de aquello que vendrá”. Grandes saludos a todos del emigrante Enrico Pesenti Sonzogni.
Enrico Pesenti Sonzogni
“Un emigrante siempre las recuerda…!”
Me llamo Enrico Pesenti Sonzogni. Nací el 16 de Enero de 1923.
Pertenezco a las antiguas familias de los Sonzogni que habitaban en Sant’Antonio Abbandonato Cais Nº 5, Comuna de Brembilla. No puedo olvidarme de decir, recalcar, subrayar el apellido Sonzogni, que es el de mi madre, mujer llena de coraje y carácter; hizo grandes sacrificios por nosotros, sus hijos. Desde que perdimos a nuestro padre cuando pequeños en el bellísimo lugar de Sant’Antonio Abb. y Brembilla, pasé parte de mi infancia, junto a la familia y mis primos. Con mi madre y mis hermanos nos establecimos en Valtesse (Provincia de Bérgamo) donde pasé parte de mi juventud, tantos recuerdos...! Después de largas reflexiones en familia tomamos la decisión de emigrar con la esperanza de un futuro mejor. En el año 1940 llegó el dia de la partida. Con nuestras valijas plenas de muchas ilusiones.
Estamos en la estación de trenes Bergamo. Con lágrimas en los ojos que nos impedían mirar aquello que dejábamos atrás. El tren nos llevó a Génova, donde nos esperaba la nave para el exilio. Un desafío para atravesar un mar. Encontrarse con un destino quizás incierto. Confusión, miedo y especialmente mucha nostalgia...! Detrás quedaba Italia. Un viaje largo, difícil y extenuante. Finalmente la nave ancló en el Puerto de Buenos Aires (República Argentina). Precisamente fuimos a la ciudad de Córdoba. Allí vivo todavía hoy con mi familia, esposa, hijas y nietos. El deseo era siempre volver un dia para volver a ver mi soñado lugar. Las condiciones económicas no fáciles, no me habían permitido nunca volver a casa. El contacto con la familia siempre fue esporádico y se llevaba a cabo sólo mediante cartas.
“Año 1999, después de 59 años de mi partida a la emigración”. Gracias a la sensibilidad y amor de mis primos los cuales nunca me olvidaron y con la intervención especial del Dr. Massimo Fabretti, director del Ente Bergamaschi nel Mondo, pude volver a ver mi Bergamo y mi casa. Como en una fábula de buen final.
Apenas llegado continuaba diciendo “Han sido todos maravillosos”, Bergamo está lindísima, “Gran regreso...!”. Volver a ver mis valles, Sant’Antonio Abb. Brembilla y especialmente Valtesse, todo muy cambiato y cuánto progreso en el lugar ! “Bellísimo, Felicidad...”. Pero la mayor alegría fue reencontrarme con la familia; en cada encuentro lágrimas, lágrimas de alegría. Con mucha melancolía llegó nuevamente el día de mi partida, otra vez lejano de quien me ha recibido con tanto amor. El corazón está henchido de alegría y felicidad, porque en la estación no estoy solo, me acompaña toda la familia. Con la promesa de que me llevarían de nuevo a Bergamo. Aquella promesa se convirtió en una bella realidad. Por otras dos veces yo pude retornar a casa. Mientras tanto hoy, entre sueños e ilusiones, continúo diciendo: “El pasado es un recuerdo del presente que nos da felicidad, el futuro sólo es un pensamiento de aquello que vendrá”. Grandes saludos a todos del emigrante Enrico Pesenti Sonzogni.
Enrico Pesenti Sonzogni